Extensos bancos de algas han sido arrasados por extractores furtivos en Ica
A lo largo de las playas de Paracas, Ica y Marcona interminables montículos dibujan un desolador paisaje. Se trata de algas arrancadas del mar iqueño por manos de extractores furtivos. Aquellos restos de vida solo aguardan su traslado a una de las cuatro plantas que operan en Nasca para convertirse en materia prima de una industria extranjera de insumos a la que no le importa el grave impacto ecológico que comienza a presentarse en el ecosistema marino del sur del país. Según han confirmado los pescadores y los extractores de mariscos de estas playas, la masiva e ilegal extracción de algas que se realiza pese a la veda impuesta desde el pasado 21 de octubre por el Ministerio de la Producción ha ocasionado el alejamiento y la desaparición de diversas variedades de peces (lenguado, chita, corvina y liza), crustáceos y moluscos (cangrejo, erizo, lapa, chanque, tolina y almejas). Se comprobó hace unos días que la depredación de algas sigue incesante en varias playas del litoral iqueño com